19 junio, 2007

CEBRA DE RAYAS ROSAS


Cierra los ojos, imagínate una cebra con rayas rosas, bueno no, mejor aún con rayas rosa fucsia. O, sigue sin abrir los ojos e imagínate el caballo pintado de lunares de Pippi Långstump (más conocida como Pippi Calzas Largas), o a la vaca de Milk, morada ella, tan mona. Ahora ábrelos...te cuento lo que hice ayer por la tarde...

Escuché de una mujer, madre, maestra, creyente y teóloga que la misión del educador no es otra que “enseñar a los niños a imaginar cosas para que se construyan su realidad”. Evidentemente esta persona no ve nada raro en la asignatura de “Educación para la Ciudadanía”, entre otras cosas, porque ha escrito el libro de texto que los padres comprarán para los nenes que asistan a colegios católicos concertados o que forman parte de la FERE.

Nada es real, sólo es real aquello que te imagines. En un juego asombroso de malabarismo dialéctico, donde personas de vida universitaria éramos incapaces de coger una sola nota del discurso de esta buena mujer, no por tontos o por seguir imaginándonos a la cebra con rayas rosas... Más bien, por el mareo al escuchar tanta sucesión de vocablos concatenados y que no decían nada. Lo confieso, a mí me provocó admiración. Presenciar el discurso del encantador de serpientes que inunda la sala de palabras, pero que en realidad no dice nada, me admiró (pero no deseé alcanzar semejante grado de oratoria). Nada, absolutamente nada de lo que decía tenía un fundamento coherente. Mi mente quedó incapacitada, ¿cuál es el meollo, el argumento o el tema de su retórica? Ahí me quedé, al menos sí comprendí su visión de la realidad.

Pues no, la misión del educador no es la de enseñar a los niños a imaginar cosas. Sino la de explicar qué cosa es la realidad y qué cosa es lo imaginario. Dónde comienza la imaginación y cuáles son sus límites. Dónde se produce el encuentro entre el juicio crítico y la realidad para llegar a la verdad de las cosas. La misión del educador es la de conocer a sus alumnos, formarles, marcar las pautas del aprendizaje, entender y dominar en qué nivel de desarrollo intelectual, afectivo y biológico se encuentran. Qué comprensión tiene de las cosas a su edad y dónde ha de llegar en su comprensión. Cómo enseñarles a analizar y a sintetizar, a reflexionar, a dominar el lenguaje verdadero. Abrirles el apetito y la curiosidad por conocer, el amor a la lectura, a la vida, al arte, a lo que desde hace miles de años el ser humano se ha transmitido. La misión del educador es la de transmitir conocimientos con pedagogía y la del Consejo de Estado la de velar porque los conocimientos se transmitan a lo largo de la vida educativa de un niño español.

La labor del Gobierno no es educar, sino velar para que la sociedad reciba todos los medios necesarios para que abunde la verdadera educación en la nación que gobierna.

Cierra los ojos, imagina que cientos de miles de padres convencidos optan por objetar en conciencia contra la Ley de Educación impuesta por el Gobierno, particularmente rechazan la imposición a que sus hijos reciban la asignatura “Educación para la Ciudadanía”. Ábrelos...quizá se haga realidad.