ETA, EL PARLAMENTO EUROPEO Y SAN CRISPÍN

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Escuchar maravillosos diálogos, arengas de un verdadero rey a su pueblo viendo películas como la de Enrique V (William Shakespeare), eleva el alma. Enardece el espíritu, despierta los rincones más recónditos y nobles del corazón de toda persona al menos buena.

En el siglo XIV unos luchaban por la conquista de tierras, otros por poder, unos anhelaban engrandecer sus países y otros defender lo poco que tenían frente a los grandes. El ser humano sigue siendo el mismo, no cambia.

Hoy en día existen unos cuantos valientes como el rey Enrique V y sus soldados, llenos de valor, llenos de verdad y de coraje. Es fácil pensar en la AVT, el Foro de Ermua, Rosas Blancas por la Dignidad luchando mañana mismo en Bruselas frente a la barbarie de ETA y al disparate de este gobierno que lo respaldará en el parlamento europeo.

Las víctimas y junto a ellas todas las personas de bien deberíamos alzarnos con la misma bravura, pero existe una diferencia; el Rey Enrique V y sus hombres en número eran mucho menos que el ejército francés.

Me es difícil pensar que en número ETA y quienes los defienden y apoyan sean muchos más que, los que apoyamos a las víctimas del terrorismo. Más bien todo lo contrario, las personas de bien, de noble carácter aún habitan por España pero, por no se sabe bien qué motivo están escondidas.

Desearía que todos y cada uno de los españoles de bien escucháramos estas mismas palabras que pronunció el rey Enrique V a sus hombres y nos dejáramos enardecer por la verdad con rotundidad y saliéramos a la calle valientes, sin temores, sin complejos, porque la verdad y el honor de España es nuestra y en nuestras manos está.

Hoy muchos no podremos estar en Bruselas, pero sí estamos aquí en Madrid, que se note y si a la vuelta los hombres y mujeres de honor y verdad no logran el triunfo, la derrota será aparente pues continuaremos en San Crispin hasta que logremos que España despierte frente al ridículo de unos y la barbarie sin vergüenza de otros.

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